Prensa 25-03-2021

Compartir

AEHGAR expuso en la comisión de Obras Públicas y ratificó que el alcohol cero es imposible. Con esta ordenanza solo se castiga a quien cumple las normas.

La Asociación Civil Empresaria Hotelero Gastronómica y Afines Rosario participaró de la comisión de Obras Públicas del Concejo Municipal de Rosario, para aportar su punto de vista en el debate sobre Alcohol Cero, el proyecto que se busca cumplimentar para poner freno a los accidentes viales por abuso de alcohol.

La Asociación presentó un documento, fruto de su propia investigación, en el que profesionales del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) aseguran que existe un error en los etilómetros pese a que no se haya consumido alcohol, argumento que confirma que el falso positivo existe y que, incluso, este se puede dar por aspirar aire con presencia de etanol, por ejemplo, por haber desinfectado el vehículo u otro elemento con una solución que contenga alcohol.

Como parte de la sociedad y como entidad representativa AEHGAR tiene la responsabilidad social de participar del debate que aborda la problemática del consumo de alcohol en la ciudad y el impacto que esto tiene en los accidentes viales para buscar una solución a un flagelo que no para de llevarse vidas, pero llevar a cero la tolerancia al alcohol no es una realidad ni una medida efectiva. Decir “alcohol cero” es sólo un slogan.

A través de consultas realizadas a la Dirección Técnica de Metrología Legal del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI), organismo que se encarga de producir, mantener y diseminar los patrones nacionales de medida y de calibrar los etilómetros en uso en nuestro país, AEHGAR pudo constatar que los etilómetros tienen un error máximo permitido de 0,041 g/l en sangre y que, por lo tanto, en palabras de su director Ing. Leandro García “no es aconsejable establecer como límite legal 0.00 g/l en sangre.” Este error NO acontece sólo en caso de presencia de alcohol, tal como lo afirmara en la reunión de la comisión de Obras Públicas la semana anterior, el Director de Tránsito de la Municipalidad de Rosario, Gustavo Adda, alegando que el falso positivo no existe; AEHGAR consultó este dato con los profesionales y en palabras de la Ingeniera Fabiana Barrera, quien lleva adelante el control de etilómetros en el INTI “el error es propio del equipo, por lo tanto afectará a todas las mediciones. Se evidencia en presencia o no de la molécula de etanol”.

El funcionario de tránsito además comparó el test de alcoholemia con el test de embarazo para afirmar que, al igual que este último, es imposible que de falso positivo. Este argumento también es refutado por la consulta efectuada por AEHGAR al INTI. Barrera informó que: “El test comercial de embarazo es un método cualitativo, indica la presencia o no de la sustancia que se desea detectar. En este método el falso positivo es muy complicado de obtener, si la persona no toma hormonas, porque en la orina no hay presencia de otras sustancias con características parecidas, que puedan producir una interferencia en el resultado colorimétrico. En el caso de los etilómetros el método es cuantitativo, existe una medición que arroja un valor numérico. En los etilómetros la muestra de aire puede tener interferencias o contaminaciones propias del aire que respiró la persona. Por ejemplo, si el individuo se encuentra en su auto, limpia con una solución concentrada de etanol/agua al 70%, al respirar ese aire contaminado de alcohol, el etilómetro dará una concentración de etanol en la muestra, pero será un falso positivo porque el individuo está exhalando el etanol que respiró no el que se encuentra en su sangre. Por lo tanto, hablamos de falsos positivos en un control de alcoholemia cuando el etanol proviene de una interferencia o contaminación o cuando están midiendo en el orden del error del instrumento (0,00 g/l +/- 0.05 g/l)”. La información es contundente.

Por otro lado, AEHGAR también sostiene que no se puede legislar sobre un hecho del que no se tienen datos estadísticos. ¿Cuántos de los siniestros por abuso de alcohol con víctimas son protagonizados por conductores con un nivel de 0.5 o menos en sangre? Es imposible legislar sobre un hecho desconocido y solo en base a deducciones. Antes de crear la norma, se debe conocer la naturaleza de los hechos a los que esa norma se aplica con datos fehacientes que correspondan al ámbito local, realizados por entidades locales o aplicados a nuestro país.

Con la sanción de esta ordenanza lo único que se logra es castigar a quienes cumplen las normas y se preocupan por el otro. Si este proyecto llega a ser real, lo único que cambiaría es que se incorporaría dentro de los sujetos factibles de ser penalizados a aquellos que, actualmente, no superan el 0,5; es decir, aquellos que se preocupan por cumplir con lo establecido y que tienen conciencia de su responsabilidad. ¿Con qué pruebas se cuenta para afirmar que cambiar el índice permitido a cero, hará que quienes no perciben el riesgo de su conducta cambien por el simple hecho de bajar un índice, cuando estos infractores, aun con una norma existente actualmente, no la respetan?

Por último, Rosario no está preparada para aumentar la circulación de personas en horario nocturno dependiendo del servicio de transporte público en medio de los hechos de inseguridad que se están viviendo y de una crisis pandémica. La Asociación considera que este no es el momento para estar discutiendo o aplicar una norma que incrementaría la cantidad de jóvenes esperando taxis en las esquinas o colectivos en las paradas en horarios nocturnos. Además, muchos que habitan en barrios alejados dependen de su propia movilidad y son menos las garantías que tienen esas personas para regresar a su domicilio en horarios nocturnos.

La Asociación sostiene que no se está discutiendo los efectos del alcohol en exceso al conducir y el peligro que estas personas implican, quien conduce en esas condiciones debe ser castigado e incluso se deben endurecer las penas para estos infractores. Es por esa razón que el tema debe ser abordado con mayor responsabilidad y rigurosidad. Se necesitan más campañas de concientización, más controles y generar más conciencia en la población, para que aquellos que no perciben el riesgo de conducir alcoholizados y que constituyen el verdadero peligro, comiencen a hacerlo.